MIS AMIGOS: UN SEGURO DE VIDA
Las personas con discapacidad intelectual tienen pocos amigos y participan poco de las relaciones comunitarias. Hemos detectado que el 90% de las personas con discapacidad intelectual a las que damos apoyo se relacionan casi exclusivamente con sus familiares y con profesionales pagados. Esto supone que cuando la familia falta o no puede ocuparse de ellos, las opciones para la persona se reducen al ingreso en una institución y, por tanto, a la desconexión con su entorno comunitario (vecinos, amigos, barrio,...).