Dada la problemática que tienen las personas con síndrome de Down y otras discapacidades a la hora de comer, ya sea de atragantamiento, cantidad de alimento adecuado a llevarse a la boca, mantener boca cerrada durante la masticación, etc, nació la idea de crear un taller dónde cada semana poder reunirse, tanto las maestras de audición y lenguaje como las fisioterapeutas, con un grupo de 14 alumnos, y enseñarles a masticar y a tragar, mejorar el control postural, estimular la zona orofacial, es decir, enseñarles el proceso de masticación y deglución correctamente.
Este programa surge como respuesta a las necesidades de mejora detectadas, tras una valoración de las necesidades de algunos de los alumnos, donde encontramos problemas de deglución, masticación, respiración, alteración de la sensibilidad y babeo.
Muchos de estos alumnos suelen presentar alteraciones craneales, orales y faciales, como cráneo braquiocefálico, una disminución de la base craneal anterior, reducción en el tamaño de la mandíbula y los maxilares y un tracto orofaríngeo estrechado. Otros aspectos observados son el rostro más pequeño y pseudoprognatismo de la mandíbula.
Dentro de la cavidad oral, el paladar duro es alto y profundo con tendencia a un arco elevado (paladar ojival). Existe una hipotonía en la musculatura periorbicular de los labios, con una elevación pasiva del labio superior, y el labio inferior está evertido y algo protruido, volviéndose con el tiempo en labios gruesos con descamación y formación de grietas o fisuras en los labios. Pueden observarse también, labios resecos y agrietados relacionados con la mayor incidencia de respiración bucal. Esto último facilita la aparición de gingivitis e infecciones en el tracto respiratorio alto. El hábito de boca abierta en forma de postura pasiva contribuye a la instalación del babeo.
La lengua suele ser hipotónica y grande en relación con una cavidad bucal relativamente pequeña. Esto facilita la protrusión de la misma. Esta protrusión puede provocar problemas para el habla y la deglución. Además, la presión de la lengua sobre los dientes puede producir una lengua indentada por apretamiento.
También sufren alteraciones dentarias en número y forma. La microdoncia (presente entre un 35 y 55% de los casos) es una de las principales alteraciones en ambas denticiones, primaria y secundaria. Las coronas clínicas tienden a ser de forma cónica, más cortas y pequeñas de lo normal. Se observa también un retraso en la erupción dentaria en ambas denticiones, primaria y secundaria.
Por otro lado, manifiestan alteraciones oclusales. Estas tienen un impacto considerable en las vidas de nuestros alumnos y pueden causar problemas en sus actividades de la vida diaria, incluyendo discriminación basada en su apariencia física o problemas relacionados con las funciones orales como la masticación, la deglución y el habla.
Como alteraciones posturales encontramos, dificultades constantes para mantener una postura erguida, con flexiones de cuello, de tronco, lateralizaciones y flexiones de cabeza y sedestación incorrecta. Afectando al equilibrio de las estructuras implicadas en la masticación y deglución como los elementos móviles del cráneo, como la mandíbula y el hioides que cambian constantemente su posición y se adaptan a las posturas y movimientos del cráneo. La mandíbula y el hioides están a su vez directamente conectados por medio de varios grupos musculares e indirectamente con la cintura escapular, cuyos movimientos o posturas también los influencian.
A menudo encontramos dificultades en la alimentación de los alumnos, que pueden resultar en una disminución del alimento ingerido, pérdida de peso y en general una alteración de la salud. Pueden conllevar problemas médicos como reflujo gastroesofágico y resfriados, así como comportamientos que dificultan la alimentación y las rutinas en la escuela y de la familia. Estas dificultades son resultado de la compleja interacción entre las alteraciones orofaciales propiamente dichas, las afectaciones motoras que presentan, desorden sensorial, los fármacos que pueden estar tomando y las dificultades para la comunicación.
Otro aspecto, es que los trastornos en la alimentación tienen implicaciones psicosociales para el niño, para su familia y cuidadores. Aunque el objetivo principal de la alimentación es nutricional, las comidas aportan importantes oportunidades para la socialización.
Dificultades en el comportamiento durante las comidas, una falta de independencia para alimentarse, un tiempo de alimentación prolongado, la falta de control de la comida en la boca y las limitaciones en las habilidades comunicativas pueden reducir las oportunidades para participar en el aspecto social de la alimentación.